Feria del Caballo 2015, Jerez de la Frontera
Feria del Caballo 2015, Jerez de la Frontera, una centelleante celebración anual en el Parque González Hontario, pero también más allá. El polvo de la tierra amarilla en el vasto parque se rocía con frecuencia, pero a 37 grados el polvo sigue penetrando por todas partes. El vino fino, el nombre jerezano del jerez completamente seco, fluye libremente, con Sprite o 7-up y cubitos de hielo mezclados en supercopas para crear un Rebujito especial. Pero la cerveza sin, también de barril, se sirve, más que en Holanda, en todas partes,
Desde la Edad Media, durante la Feria se comerciaba con ganado vacuno y especialmente con caballos, y eso que hacía sed, había que celebrarlo, con vino fino, y con bailes. Los carruajes van y vienen durante la semana de la Feria, carruajes muy hermosos, por cierto, con unos españoles muy hermosos, los cocheros, que llevan mujeres muy hermosas de todas las edades, en… por supuesto, traje de flamenca, los vestidos de cintura ceñida y hacia abajo los volantes, a veces generosamente desplegados en arabescos.
Muchos vestidos de flamenca volvieron a estar habitados este año por mujeres de todas las tallas, de todas las clases sociales, pero también creyeron detectar en alguna parte a un verdadero travesti. Pero la cultura siempre está en constante cambio, aunque un movimiento puede durar cientos de años. Los jerezanos, por supuesto los más jóvenes de la fiesta, poco a poco van mostrando un movimiento diferente. Faldas de cortas a muy cortas, a partir de un traje de flamenca puedes ensartar de 15 a 20 de esas faldas, caminan entre la multitud de la fiesta. Los peinados de moda, en los que se afeita vanguardistamente el pelo de las sienes, se abren paso entre las tradiciones tradicionales andaluzas.
El elemento relativista está presente aquí y allá. Un hombre sobre un caballo (de madera), una parodia, una supuesta historia, bella eso sí, que se sitúa entre el Don Quijote de Cervantes y un Zorro convincente. No se trata solo de hacerse con un céntimo que se puede tirar al cuenco blanco, es más, hay un mensaje. El otro Don Quijote, el torero que ha traído un torito de juguete y que se pasa horas trabajando en él, también hace pensar a las masas. Muchos jerezanos sonríen y no se sienten estafados. Luego la actuación de dos jóvenes que, con su iPhone y maletín, en una pose congelada dan la impresión de que siempre van camino al futuro, una bella imagen, una acción congelada. A veces, por un momento, me imagino en Venecia, en la Bienal, pero luego en miniatura, del tamaño de un torito, muy hermosa.
Foto’s: 2015 Destinations – Laboratorio de Inteligencia Intuitiva / España
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