Muros cortafuegos como en la Segunda Guerra Mundial

Paredes ciegas y muros cortafuegos que contaban la historia de sus residentes que se habían quedado sin hogar como consecuencia de los bombardeos en la Segunda Guerra Mundial ya eran conocidas desde la época inmediatamente posterior à la guerra. Rotterdam, en los Países Bajos, se llevó la palma nacionalmente con cráteres que las bombas habían dejado atrás y que poco a poco se convirtieron en cicatrices arquitectónicas. Además de Venlo, la ciudad de mi infancia, casi todos los municipios de los Países Bajos, al igual que en otros países europeos, tenían esos huecos de planificación involuntaria. Los huecos, el espacio abierto, con un montón de escombros cubiertos de musgo en el medio, estaban flanqueados a izquierda y derecha por fachadas ciegas donde aún se veían rastros de viviendas anteriores.

La llamada “reconstrucción” de la posguerra costó tiempo y dinero. Era una práctica común priorizar las brechas arquitecturales que eran elegibles para una reconstrucción inmediata y las que no. Como resultado, muchos huecos continuaron desfigurando el paisaje urbano durante décadas. El ojo del holandés se acostumbró al ‘cuerpo extraño’ del urbanista con el eccema blanco sucio de la cal y la pintura descascarillada en las paredes exteriores muertas. En el año 1970 Holanda también conoció los conocidos paredes ciegas y muros cortafuegos en sus ciudades, aunque no por causas de origen bélico. Los ojos de ciudadanos y administradores se habían familiarizado con las imágenes de derribos durante la posguerra. El Ayuntamiento de Roermond en Limburgo fue el primer municipio holandés y quizás también europeo en encargar un muro exterior tan blanco para darle nuevos ojos. Nació el Pintura Mural Mamut, Martien Verstraaten fue el primer artista en Holanda y Europa en realizar este proyecto. Ver: The Wall – Primer proyecto de mural de mamut holandés. 

Véase: El Muro – Pintura Mural Mamute

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Muros como de las casas destruidas después de un bombardeo en la II Guerra Mundial